martes, 7 de mayo de 2019

TODO COMENZÓ EN UN AUTOBÚS: ROSA PARKS Y EL MOVIMIENTO POR LOS DERECHOS CIVILES EN EEUU



El autobús 2857, en el que se produce el incidente, se conserva en el Museo de los Derechos Civiles de Montgomery.



Imaginad una noche en el campo, a ras. Hace frío. Pese a estar abrigados, todos estamos tiritando y podemos sentir la humedad en los huesos. Sin embargo, estamos tranquilos. Todos hemos contribuido a crear una gran montaña de ramas y troncos secos, a la que no le falta de nada. Con meticulosidad y, poco a poco, primero hemos comprobado que no estamos cerca de las copas de los árboles; después hemos cavado un agujero con la suficiente profundidad; tras esto hemos perimetrado el hoyo con grandes piedras; hemos continuado situando dos troncos anchos de forma paralela que servirán de sujeción de la estructura; una buena base de papel de periódico, después pequeñas ramas; encima algunas piñas y finalmente los grandes troncos. En definitiva, hemos creado la fogata, la pira perfecta. Solo falta encenderla. Todos buscamos en nuestros bolsillos, pero… ¡vaya! nadie ha traído cerillas, ni un mechero, ¿en serio? ¿nadie sabe cómo encender la fogata? … Todos necesitamos encenderla para calentarnos, la hemos estado preparando, pero nadie sabe cómo hacerlo. Falta la chispa.

Este símil de la hoguera es perfecto para la historia a la que nos vamos a acercar hoy. Durante años, muchos y muchas, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, fueron preparando la hoguera, incluso entregando su propia vida, pero sin ser capaces de echar a arder la madera, hasta que un día, en uno de esos extraños recovecos de la vida, un suceso en apariencia normal que se produce en un autobús, hace que por fin todo eche a arder.



Rosa Parks, símbolo de las generaciones futuras.

Vamos detener hoy el tiempo en un breve instante que lo cambió todo. Pocas veces en la historia un hecho tan insignificante tuvo tantas consecuencias como aquel incidente, que no pasaría de lo anecdótico sino le hubiera sucedido a una mujer especial, muy especial. Veréis …



Rosa Parks fue despedida un mes después del incidente en el autobús.

Es 1 de diciembre de 1955. Es de noche, una mujer de 42 años sale del Montgomery Fair, un importante establecimiento de moda, después de su larga y agotadora jornada laboral. Camina lentamente, es modista y ha estado de pie desde que llegó. Las piernas le pesan, y siente algunos pequeños calambres en las pantoriillas. Con paso lento pero decidido se dirige hacia la parada del autobús. Allí esperará la llegada del autobús 2857, que se dirige a la avenida Cleveland de la ciudad de Montgomery, en Alabama, para regresar a casa. Cuando el autobús llega y abre su puerta delantera, nuestra protagonista da unos pasos y se detiene bruscamente al ver al conductor. Lo reconoce inmediatamente, ha estado evitándolo desde el incidente que tuvo con él hace 12 años. Fue hace mucho pero no ha olvidado su cara y lo que pasó. Recuerda como la engañó y la dejó en medio de la carretera como a una idiota después de haber pagado el billete. Está tentada de no subir y esperar el paso del siguiente, pero está muy cansada y quiere volver a casa cuanto antes. Sube mirándole fijamente y da las buenas noches, a lo que el conductor no responde. Deposita los 10 centavos del viaje, que el conductor recoge sin mirarla. Cuando gira el cuerpo y da el primer paso dirigiéndose al interior del autobús, el conductor dice en tono seco:

-          No. Por ahí no. Por la puerta de atrás.

Se lo temía. Sabía que lo volvería a hacer. Con la cara crispada, asume la ofensa, pero no responde nada. Solo quiere volver a casa. Baja del autobús y con paso rápido se dirige a la puerta de atrás, que el conductor acaba de abrir. Al menos, piensa, no se largará como la otra vez. Cuando sube a la parte reservada a ellos, solo hay un asiento en la primera fila vacío. Se apresura y se sienta junto a otros tres hombres que son como ella. El conductor cierra las puertas y reanuda la marcha, no sin antes mirarla de soslayo y brevemente por el retrovisor.

Lo que iba a pasar a continuación cambiaría la historia. Unos dicen que fue el acto impulsivo de una modista simplemente cansada y agotada, y otros que en realidad fue un acto premeditado y planeado desde la asociación a la que pertenecía esta mujer. Y nosotros, desde esta tribuna de anécdotas de la historia, decimos que ¡Qué más da! Fuera voluntario o involuntario, cansada o no, fue un acto valiente, de una mujer a la que el propio Martin Luther King en uno de sus numerosos escritos describió así:

“Era una persona amable, con radiante personalidad, suave expresión y suma tranquilidad en todas sus actuaciones. Su carácter era impecable y sus convicciones profundamente arraigadas”

Hemos dejado a nuestra protagonista sentada. Después de tantas horas de pie siente que las piernas se relajan, y los pequeños baches del camino hacen que el autobús se balanceé en un movimiento que empieza a generarle somnolencia. El autobús está lleno. Nadie habla ni se mira. Las caras de todos los pasajeros muestran el cansancio de un largo día de trabajo. Y es entonces cuando el autobús comienza a frenar, hasta detenerse en la siguiente parada. Al abrirse la puerta delantera, suben varios pasajeros. El conductor saluda, e inmediatamente gira la cabeza mirando claramente a la mujer y a los otros tres hombres que la acompañan en la fila, y les dice de forma seca:

-          ¡Necesito esos asientos del frente!

Los hombres sentados junto a nuestra mujer dan un pequeño respingo, y comienzan a levantarse obedientemente con toda normalidad. Dejan sus asientos vacíos y retroceden unos pasos, hasta quedarse de pie en medio del pasillo asiendo con la mano una de las barras que se extiende por el techo. El resto del viaje deberán hacerlo de pie… pero ella, la mujer diferente, la modista cansada cuyo nombre, Rosa Parks, será conocido en todo EEUU en las semanas posteriores, no se levanta, ni siquiera se mueve. Blake, que así se llamaba el conductor, observa que uno de los cuatro había ignorado su orden y no iba a permitir que esa maldita y pequeña mujer lo hiciera quedar como un tonto. Se levanta de su silla, y comienza a andar en dirección a Rosa. Rosa Parks recordará este momento en su autobiografía con estas palabras:

“La gente siempre dice que no cedí mi asiento porque estaba cansada, pero eso no es cierto. No estaba cansada físicamente. No mas cansada de lo que me sentía usualmente al final de un día de trabajo. Pero sí estaba cansada de algo, estaba cansada de ceder”

¿Por qué el conductor le estaba pidiendo que se levantara de su asiento para dejar que un hombre que acababa de subir se sentara? Porque ella era negra, y el pasajero que acababa de subir era blanco. Era la ley. Las leyes del estado de Alabama, quizá el estado mas racista de EEUU a mediados del s.XX. Unas leyes tan grotescamente segregacionistas, que había lavabos para negros y lavabos para blancos, fuentes para beber agua de negros y de blancos, los negros nacían en unos hospitales y los blancos en otros, los negros eran enterrados en un cementerio y los blancos en otro, o comercios que lucían orgullosamente el “ONLY WHITE”. De la misma manera, los autobuses de esta ciudad tenían zonas divididas y exclusivas: zona para negros y zona para blancos. Toda esta política de segregación se hacía bajo la irrisoria premisa de “separados pero iguales”, algo absolutamente falso que no se cumplía, porque siempre para los negros los colegios eran peores, los hospitales estaban peor equipados, y hasta los lavabos eran mas pequeños.




Lavabos para blancos y lavabos para negros


Además, había otras amenazas para los negros, peligros que podían costar la vida… el Ku Klux Kan. La amiga de Rosa Parks, Ecozy Williams, criada de una casa de blancos narra lo siguiente:

“Debíamos planchar, lavar y atender a los niños. Yo podía cuidar de sus hijos, pero no podía beber de la misma taza. Y un día, limpiando los armarios, encontré esas máscaras blancas”



El Ku Klux Kan se paseaba con toda normalidad, incluso a plena luz del día, en el estado de Alabama.


Fijaos el ambiente en el que trataban de desarrollar la vida las personas negras. Escuchad estas declaraciones de un miembro del Ku Klux Kan de la ciudad de Montgomery. Decía así:

“Cuando estaba en el instituto había negros que se creían mejor que nosotros, los blancos. A veces los golpeábamos con bates de beísbol. Los golpeábamos y les hacíamos saber que éramos blancos poderosos”




Cartel a las puertas de un comercio en Montgomery


La segregación llegaba a tal punto, que los autobuses de Montgomery tenían dos puertas, pero no para reservar una para subir y otra para bajar. Sino porque los negros subían por la puerta del conductor para pagar el billete. Una vez pagado, y para no tener que atravesar por la zona donde estaban sentados los blancos, bajaban del autobús y subían por la puerta trasera.

El caso de Rosa Parks se ajustaba perfectamente a la ley. El método era sencillo: si el autobús estaba completamente lleno y subía una persona negra, debía hacer el trayecto de pie, pero si subía una persona blanca, uno de los negros debía levantarse y dejar su sitio al nuevo viajero blanco, que tenía preferencia. Igual que hoy en día cedemos un asiento a una mujer embaraza o a un anciano, en 1955 el negro debía cederlo solo porque la otra persona era blanca.



Pese a que hubiera asientos vacíos en la zona de blancos, los negros no podían sentarse en ellos.


Pero regresemos a nuestra mujer negra, la modista Rosa Parks. Allí sentada, en su asiento, bajo la mirada inquisidora de los blancos y del conductor, que se aproxima hacia ella, y la actitud perpleja y asombrada del resto de pasajeros negros, se niega a levantarse.
El conductor, Blake, llega hasta ella, y le pregunta en tono neutro:
-          ¿Se va a levantar?
Rosa alza la vista, sabe que lo que va a hacer es ilegal, pero mirando a los ojos con gran dignidad y para que la escucharan todos, dice:

-          No.
Blake, notablemente alterado y rabioso por aquella mujer negra, enfurecido y dolido en su amor propio de supremacista blanco, la amenaza:

-          Bueno, entonces voy a hacer que la arresten.
Y entonces Rosa Parks, con gran tranquilidad y sin inmutarse, asumiendo lo que estaba por llegar, respondió:

-         - Haga lo que tenga que hacer.
El furioso conductor suspendió definitivamente el viaje, inmovilizando el autobús. Y mientras llamaba a la policía, Rosa Parks permaneció impasible en su asiento.

Uno de los policías que acudió a la llamada del conductor describe el momento así:

“Yo era motociclista, y acudí ante el aviso de un conductor de autobús. Cuando llegué, el conductor me explicó que una mujer negra se negaba a moverse de su asiento. Cuando llegaron dos compañeros mas, subimos al autobús, vimos a la mujer y el conductor, señalándola, dijo: esa”

A continuación, la policía comunicó a Rosa Parks que había cometido un delito y que iba a ser detenida, a lo que está respondió “Arresteme”. Uno de los policías preguntó a Rosa Parks “que ¿por qué no se había levantado?”, y esta contestó con otra pregunta: 

"Y ¿por qué ustedes los blancos no dejan de empujarnos por todos los lados?"



Rosa Parks es entrevistada tras salir del calabozo después de ser detenida.


Rosa Parks es arrestada y llevada a la comisaria. La noticia del nuevo agravio y de la detención de una mujer, corre como la pólvora por la comunidad negra de Montgomery, llegando también a oídos de un reverendo que está dando sus primeros pasos en la ciudad: Martin Luther King. Al día siguiente, tras una reunión de varios líderes civiles y religiosos negros, se decide imprimir unas octavillas que serán repartidas por toda la ciudad. En ella se pide un boicot a los autobuses el lunes siguiente como forma de protesta por la detención de Rosa Parks.

Pero, ¿cuál fue el resultado de este llamamiento? Nada mejor para observar el resultado que recoger las propias palabras, en forma de diario, del reverendo Luither King:

Estaba en la cocina bebiendo mi café, cuando oí gritar a Coretta: “Martín, Martín, ven enseguida”. Corrí y me acerqué a la ventana. Mi mujer señaló el primer autobús de la mañana y alegremente dijo: “Va vacío”. Durante todo el día recorrí la ciudad observando los autobuses vacíos. Los trabajadores negros iban en taxi o compartían coche. Se veían hombres montando mulas dirigiéndose a su trabajo y mas de un coche de caballos. Durante las horas punta las aceras estaban atestadas de trabajadores y obreros negros que caminaban hacia sus trabajos o regresaban de estos, recorriendo a veces distancias de hasta 20 millas.



Miembros de la comunidad negra el día del boicot, dejando pasar el autobús al grito de "¡No nos llevéis hoy!"


En el juicio que se celebra contra Rosa Parks, esta es declarada culpable, y condenada a pagar 14 dólares. Rosa Parks, declarara en este juicio lo siguiente:

"El joven blanco que estaba de pie no había pedido el asiento; fue el conductor el que decidió crear un problema"




Muchedumbre agolpada alrededor de los juzgados el día del juicio contra Rosa Parks.


Esta será la 1ª ocasión en la que un negro será condenado por desobedecer las leyes de segregación. A la salida del juicio, Parks, junto a Luther King y otros líderes se preguntan: ¿Qué hacemos ahora? Deciden crear una nueva organización que dirigirá a partir de ese momento el movimiento: la Asociación Progresiva de Montgomery, presidida por Luther King. Esta asociación decidirá continuar con el boicot indefinido a los autobuses, que durará un total de 381 días, hasta que una sentencia de la Corte Suprema declara ilegal la segregación en los autobuses en todo el país.



Martin L. KIng en la famosa reunión en la Iglesia donde se decide que él encabece el movimiento y donde se aprueba el inicio del boicot indefinido a los autobuses.


Durante este año de boicot, tanto los propietarios de la empresa de autobuses, como los concejales, se negaron a negociar con la comunidad negra, y eso que, fijaos, lo que pedía la asociación de Luther King nos puede producir por su simplicidad hasta una sonrisa. Eran solo tres puntos:

1- Que se garantizase un trato cortés por parte de los conductores.
2- Que los pasajeros se sentaran en los autobuses bajo la base de: el primero que llega, primero que se sienta, independientemente de su color de piel.
3- Que, a los conductores negros de autobuses, se les asignasen las rutas mas frecuentadas por negros.

El impacto de que en una ciudad de 100000 habitantes, 42000 negros dejasen de utilizar el autobús fue brutal para la empresa. Pero, pese a ello, pensad hasta que punto llegaba el supremacismo blanco, que la empresa prefirió entrar en bancarrota antes que ceder.

El boicot de los autobuses; el levantamiento y unión de la comunidad negra de EEUU; y la repercusión mundial del problema de la segregación; se debió a la negativa de una mujer a levantarse de un asiento de un autobús.

Fue este famosísimo incidente del autobús, la chispa que encendió la hoguera de la lucha por la igualdad, y la historia de una mujer, Rosa Parks, que es considerada, con toda justicia, como la madre del movimiento por los derechos civiles en EEUU.

Como dijo Luther King:

 “Ese día tuvo lugar un milagro. La dormida y pasiva comunidad negra se había por fin despertado totalmente”

Y para finalizar, en una entrevista al poco de ser puesta en libertad, Rosa Park manifestó:

“Hasta donde puedo recordar siempre me he resistido a la idea de ser maltratada y oprimida debido a mi raza y pienso que todas las personas deben ser libres sin importar su color”

Este artículo ha sido realizado a partir de la consulta de los siguientes documentos:

El libro de Eric Metaxam, Siete mujeres y el secreto de su grandeza. Una de ellas es Rosa Parks. En él podemos leer con detalle los instantes de la detención de Rosa Parks, pero además podemos entender la grandeza de su figura.

Hay unos textos autobiográficos de Martin Luther King, recogidos bajo el título Un sueño de igualdad. En varios capítulos podemos leer la narración de estos acontecimientos que hace el reverendo, con su particular visión cristiana del mundo.


Un documental, titulado Tiempos poderosos: el legado de Rosa Parks.

lunes, 15 de abril de 2019

CON ESTE SIGNO, VENCERÁS: EL EMPERADOR CONSTANTINO Y EL TRIUNFO DEL CRISTIANISMO



Escultura de Constantino en el Museo del Prado

Gamaliel, Teudas, el “samaritano”, Judas el Galileo, Moisés de Creta, Simón el mago, Joni el trazador de círculos, y así podríamos estar un largo rato hasta nombrar a los 160 que completan esta larga lista. Lo normal es que entre estos 160 nombres no reconociéramos a 159, de los que jamás hubiéramos oído hablar. Sin embargo, también lo normal, es que hubiera un nombre de esta lista que fuera reconocido inmediatamente por casi todos los habitantes que habitan el planeta.

¿Qué tenían estos 160 hombres en común que ha llevado a los historiadores a incluirlos en este selecto club? Todos habitaban la zona sirio-palestina entre los siglos I y III, y lo que es mas relevante, todos ellos sin excepción, se autoproclamaron como el profeta, el verdadero mesías que Dios prometió enviar al pueblo de Israel. En común también tenían que todos iban recorriendo los caminos y poblados de Judea, habitualmente con aspecto andrajoso y menesteroso, predicando el fin del mundo y rodeados de sus seguidores. Y entre todos ellos, un nombre: JESÚS EL CRISTO.

Hay miles de preguntas sin respuestas en su figura, pero hoy no vamos a hablar de su aspectos teológicos o espirituales. Nada de religión. Vamos a adentrarnos en el que para mi es la gran cumbre de este momento histórico y vamos a tratar de responder a la pregunta mas difícil: ¿Por qué si Jesús solo era uno mas entre esos 160 falsos profetas, fue precisamente él, y sus postulados, los que acabaron triunfando? ¿Por qué no otro, como Simón el mago, del que hay algunos hechos milagrosos inexplicables?



Representación de Simón el Mago, que acabó siendo considerado un hereje

Además, para hacérselo mas difícil aún, Jesús formaba parte de ese grupo de autoproclamados mesías que predicaban el amor, la concordia, la compasión y la paz, es decir, justo el perfil del mesías que rechazaban mayoritariamente los judíos, que lo que realmente esperaban era que el mesías que enviara Dios fuera un líder belicoso, un caudillo militar que les dirigiera en una revuelta contra los invasores romanos. Pese a todo, en este ambiente militarizado y de ocupación, en el que el pueblo rechazaba a los mesías pacifistas y blandos, Jesús el Cristo consiguió ser finalmente considerado como el verdadero mesías y extender su creencia por todo el orbe. ¿Cómo pudo ser? ¿A qué se debió?

Hoy, como nos gusta hacer en anécdotas de la historia vamos a adentrarnos en este misterio, y vamos a poner el foco concretamente en dos sucesos, momentos fugaces y en apariencia intrascendentes, que duraron apenas unos minutos o segundos, pero que sin duda cambiaron la historia de la humanidad, porque provocaron el triunfo y la expansión del cristianismo, de una creencia que no era nada y que, de repente, debido a estos dos fogonazos, se convirtió en la religión universal del mundo conocido. Estos hechos exiguos serán protagonizados por un hombre, por el mismo hombre, un hombre aterrado, y no, no será Jesús.

Antes de lanzarnos a visualizar esos dos instantes transcendentales, vamos a pasar nuestra mirada por la situación social y política del momento.

Vamos a trasladarnos al siglo IV ¿qué estaba pasando exactamente en ese comienzo de siglo IV en el convulso Imperio romano? La religión cristiana había ganado adeptos, todavía pocos, se calcula que tan solo el 2% de la población del imperio eran cristianos, pero sin embargo había cobrado gran fuerza en las ciudades del imperio, donde muchos ciudadanos romanos se habían convertido. De igual forma, dentro del propio ejército, encontramos a un nutrido grupo de cristianos. Pero, como el cristianismo, había otras muchas creencias practicadas por los romanos, entre ellas, y la mas importante todavía, el viejo culto pagano de los romanos, que seguía siendo mayoritario. En este contexto, el cristianismo en el siglo IV no pasaba de ser una mas de las varias creencias. Pero, este siglo IV, determinará la expansión definitiva del cristianismo, y todo se deberá a un soldado.

Para no aburriros, vamos a resumir brevemente la historia política del momento en el Imperio romano, para que conozcáis quién era realmente nuestro protagonista y por qué un simple soldado salvó al cristianismo de su desaparición. El Imperio romano estaba sitiado, por el Este los persas y por el Oeste los Bárbaros saqueaban las ciudades y esclavizaban a las poblaciones. El emperador Diocleciano, ante esta inestabilidad y para defender mejor el territorio había repartido el imperio entre cuatro coemperadores. Para evitar que estos coemperadores se le sublevaran había decidido acoger en su corte a los hijos de estos. Uno de esos hijos acogido por Diocleciano es nuestro hombre, Constantino, hijo de Constanzo, emperador de la Galia, la Britania y la Hispania. Constantino, al enfermar Diocleciano, huye y se reúne con su padre. Al morir este en York, en la Britania, en el año 306, las propias legiones de su padre le eligen como sucesor, convirtiéndole en uno de los 4 emperadores romanos.

Como hemos dicho, este emperador, Constantino, es nuestro protagonista de hoy, el mismo al que hoy en día conocemos como Constantino el Grande, o, si eres católico y nos estás escuchando, conocerás como San Constantino.

Pero, cuando Constantino se convierte en uno de los 4 emperadores, ¿cómo era la relación entre el cristianismo y el Imperio? Mala, muy mala.  Hemos dicho que el cristianismo estaba presente en el Imperio, pero el emperador Diocleciano había sido brutal en su afán de destruirlos. En el 303 emite un edicto, que pasaría a la historia como la “gran persecución”, en el que todo aquel que se declara cristiano públicamente es ejecutado. Este edicto de Diocleciano fue, sin duda, el momento en la historia en que mas cerca se estuvo de erradicar el cristianismo.

Pero volvamos a Constantino, y preparémonos para vivir el primer momento que será determinante en la historia del cristianismo. Siendo Constantino emperador de la Galia, el emperador usurpador en Italia era Magencio, pagano devoto que basaba sus actos en la lectura de las entrañas de los animales, como era habitual entre los romanos.

En el año 312, Constantino, al que sus biógrafos coetáneos señalan como virtud principal la ambición desmedida, decide que ser uno de los cuatro césares no es suficiente, y que quiere convertirse en el único emperador del Imperio. Inicia una expedición militar para enfrentarse a Magencio y acabar con el otro emperador, conquistando Roma. Cruza los Alpes, y al acercarse a Roma se detiene cerca de Puente Milvio. Aquí se producirá una de las batallas mas famosas de la antigüedad, ahora veréis porqué.  Constantino estudia sus posibilidades militares. La situación no es buena y comprueba que cuenta con muchos menos hombres que Magencio. Y es aquí y en este momento, cuando va a producirse el primer instante crucial en la historia del cristianismo. Mientras que Magencio reza a los dioses paganos romanos, Constantino se deja aconsejar para que la noche anterior a la batalla rece a algún Dios. Al día siguiente, mientras las legiones ultiman los preparativos para entrar en combate, Constantino revisa el campo de batalla desde la lejanía, cuando al alzar la vista hacia el cielo despejado, bajo el sol …, tiene una visión profética…
El historiador Eusebio de Cesárea afirma que Constantino explicó esta visión a sus hombres con estas palabras:

“Alrededor de medio día, cuando empezó a declinar el día, vi en los cielos, el signo de una cruz luminosa, que estaba por encima del sol, y que tenía una inscripción: IN HOC SIGNO VINCES (Con este signo, vencerás)”




Crismón cristiano hallado en catacumba

Lo que Constantino dijo ver era un símbolo, una especie de cruz con una letra P superpuesta. Es decir, una x y una p. Las dos primeras letras en griego del vocablo Cristo, QUI y RO. Ordenó inmediatamente a todos sus hombres que pintaran estas dos letras en sus escudos. Los soldados que profesaban el cristianismo se arrodillaron aturdidos a orar, mientras que los demás, perplejos, obedecían al emperador y escribían sus escudos.

Y os preguntaréis, ¿por qué este hecho es tan importante?
Porque de esta forma, lo que hubiera sido una de las muchas batallas internas del Imperio se transformó en otra cosa: una batalla militar mas se convirtió en la 1º batalla religiosa de la historia, que enfrentó a un ejército pagano contra un ejército cristiano.




El Puente Milvio era uno de los puentes sobre el Tíber que daba acceso a Roma



Representación de la huida de las tropas de Magencio

Pero no fue el hecho de luchar bajo el signo de Cristo lo importante, sino el resultado de la batalla: la batalla fue cruenta, y los testigos aseguran que los hombres de Constantino, pese a ser inferiores en número, lucharon sin miedo a la muerte, masacrando a las tropas de Magencio, que al cabo de las horas, salieron huyendo desbandados, muriendo muchos de ellos ahogados, entre ellos el propio Magencio, al cruzar el Tíber. Al presentarse la batalla como una batalla religiosa, el resultado era la prueba para toda Roma de la supremacía de Cristo sobre los dioses paganos, que la verdadera fe era la del Dios cristiano, y que los dioses paganos eran falsos.

Esta batalla que acabamos de recrear, es fundamental para entender cómo el cristianismo, en esos momentos escaso, marginado, secreto y perseguido, comienza a ser contemplado con benevolencia por la población, y es el punto de partida desde el que el Emperador Constantino va a trazar su plan, el plan para utilizar el cristianismo como base de su poder, e implantarlo progresivamente, hasta llegar al otro momento culminante y definitivo al que nos vamos a acercar.

Después de la batalla, Constantino entrará en Roma y será proclamado Augusto, unificando dos de las 4 partes del imperio. Impondrá la Pax Romana e iniciará una política de tolerancia hacia el cristianismo. Se ganará a toda la aristocracia romana, retomando los juegos, construyendo infraestructuras, y, esto es lo mas curioso, siendo el líder de la religión pagana como le correspondía como emperador, pese a que desde la batalla de la visión podemos considerarle ya un converso.




Constantino, ya cristiano, representado a la manera oriental

Para no aburriros, deciros que en estos años que pasan desde la batalla del 312 hasta ese instante decisivo que vamos a observar de cerca en el 337, es decir, 25 años, el emperador Constantino se dedicará a modificar el status legal de los cristianos, que dejan de ser perseguidos, permitiéndoles actuar con libertad. Además, invierte mucho dinero en construir grandes edificios para ellos, enormes basílicas donde desarrollar su culto, hasta tal punto que incita y pide a muchos nobles romanos que se conviertan a cambio de darles grandes riquezas. Uno de estos aristócratas a los que Constantino tienta para que se convierta al cristianismo, dejará escrito:

“Que me hagan Obispo de Roma, y me haré cristiano mañana”

Muchas veces se dice, sobre todo desde ámbitos cristianos, que el cristianismo se impuso por una cuestión de fe, de evangelización pacífica. Pero la realidad, como siempre tozuda, desmiente este supuesto remanso de paz. La expansión del cristianismo la logra Constantino gracias, en parte, a la inversión de mucho dinero, riquezas y posesiones que ofrece a los aristócratas para que se conviertan, prácticamente sobornándoles, y gracias también a una brutalidad sin igual que utilizó cuando lo necesito. No es el espacio adecuado, pero contaros que, por motivos supuestamente religiosos, sospechas de relaciones adúlteras, mató brutalmente a su hijo mayor y ordenó acabar con su mujer, que fue asfixiada por orden suya. Estos crímenes contra con su mujer y primogénito tendrán mucho que ver con ese momento de terror que vivirá el emperador y que cambiara la vida del cristianismo.

Otro hito importante que vamos a mencionar se producirá en el año 324, cuando derrota al emperador de oriente y se convierte en emperador único del Imperio. En su nueva visión cristiana del mundo, decide marginar a la Roma pagana y crear una nueva ciudad puramente cristiana, la nueva capital del imperio y del cristianismo. Sobre la antigua capital del imperio de oriente, Bizancio, construye la ciudad de Constantino; Constantinopla, hoy Estambul.




La columna de Constantino es el único vestigio romano que queda en Estambul. La columna estaba coronada por una estatua del Emperador.

Y ahora sí, en el año 333, con 65 años, Constantino, viejo, débil, enfermo y sobre todo atormentado por todos los crímenes cometidos en sus mas de 30 años de reinado, aterrado y desesperado ante el destino que pudiera esperarle tras esa muerte que presentía cerca, reúne a algunos obispos cristianos y les pide finalmente algo …

El deseo que pide el emperador y que transformará para siempre el mundo conocido será … el bautismo. Bajo un cielo plomizo, a la ribera de un río, podemos imaginar al séquito del emperador, contemplando como este, vestido únicamente con una fina toga blanca, y descalzo, acompañado de uno de los obispos, se interna en el río. Constantino inclina el cuello hacia atrás mientras el obispo procede a verter agua sobre su cabeza, consumando el bautismo.

Esta breve ceremonia, de tan solo unos segundos, cambiará el destino del Imperio y de la nueva religión. Recogiendo aquello que decía Nerón, 

“Donde este el emperador, estará Roma”

de la misma manera, al instante que sigue al bautismo de Constantino, el cristianismo se convierte automáticamente en la religión oficial del Imperio, y por tanto, de toda Europa.




Bautismo de Constantino. Museo Vaticano

El bautismo en el lecho de muerte era muy común en los comienzos del cristianismo. ¿Por qué? En vez de estar confesándose cada dos por tres, era preferible esperar al final de la vida y de un solo plumazo, con el bautismo, borrar todos los pecados y pasar a la otra vida limpio e inmaculado.

Sin este bautismo del emperador, que convierte al cristianismo en la religión oficial del imperio, lo mas probable, según coinciden los historiadores, es que el cristianismo hubiera acabado aniquilado como una secta mas, desapareciendo sin dejar rastro.

Y para acabar,  en la  vida de Constantino, su visión en la batalla primero, y su ulterior bautismo después, son los dos momentos esenciales que convirtieron a Cristo en el verdadero mesías y al cristianismo en la base cultural del mundo occidental.

Este artículo ha sido realizado a partir de la consulta de los siguientes documentos:


-  El libro Historia de Roma, Francisco Bertolini
- El especial de SER historia sobre Santa Elena, madre de Constantino
-  El documental de canal historia: Yo César: Constantino

jueves, 4 de abril de 2019

LA PIEDRA DE LA DISCORDIA: 1704, EL ORIGEN DEL CONFLICTO DEL PEÑÓN DE GIBRALTAR




La bahía de Algeciras y el Peñón de Gibraltar

Ya sabéis que, en Anécdotas de la historia, muchas veces os pedimos que imaginéis, por eso de que solo contamos con la voz. Pues bien, suponed que cogemos una piedra que encontramos en un camino. Es una piedra gris, un canto rodado cualquiera, cuya parte superior forma un pico. Ahora imaginad que esa piedra, manteniendo su forma, se transforma y aumenta su tamaño hasta convertirse en una gran montaña. Sin embargo, pese a convertirse en esa gran montaña, sigue manteniendo sus cualidades, que son ninguna, es decir, ahora es una enorme mole de piedra caliza que no tiene nada: no tiene minerales aprovechables, no tiene metales preciosos, no tiene tierras fértiles para cultivos, no tiene pastos para la ganadería, no tiene madera, por no tener, no tiene ni agua. En definitiva, no tiene ningún valor.

Pero, ¡ay amigos!, esa enorme roca gris, que vale cero, ha marcado de una manera irremediable la historia de nuestro país durante los últimos 300 años: la historia política, diplomática, las relaciones internacionales de nuestro país, han estado permanentemente condicionadas por su presencia en nuestro territorio. Y diréis, y eso a mi qué me importa. Pues importa, porque cada uno de vosotros, españolitos y españolitas, ha tenido que sufrir las consecuencias de determinadas decisiones que se han tomado en base a su presencia.

Esta roca que corona un itsmo irrelevante ha marcado también sociológicamente a nuestro país. En momentos de debilidad del estado, en momentos de crisis económicas, en momentos de recortes a nuestros derechos, los políticos han sabido utilizar siempre esta roca para azuzar nuestros sentimientos patrióticos y sepultar las reivindicaciones ciudadanas. Siempre como peleles, los ciudadanos de este país hemos tragado en cuanto se nos ha mencionado la dichosa roca, y nos hemos apresurado a sacar las banderas a los balcones en vez de reflexionar sobre como se instrumentalizaba el conflicto para cubrir con un velo los problemas reales de los ciudadanos.

Destacamentos militares, muros, alambradas, fronteras, piratas, contrabandistas, espías, enfrentamientos, asedios, aislamientos … hoy en anécdotas de la historia, la verdadera historia del origen del conflicto del Peñón de Gibraltar.




Viñeta del cómic de Esteban Alcántara, Gibraltar, 1704, el último día

Primero, os aseguro que la conquista del Peñón de Gibraltar y el por qué los británicos decidieron conquistarla os va a sorprender, y mucho, porque no tiene nada de glorioso y si mucho de mundano. En el imaginario popular, la toma de Gibraltar siempre se ha presentado, como una batalla legendaria, y posteriormente, como una cruzada santa para recuperar tierra sagrada. Nada mas lejos de la realidad.

En segundo lugar, y sin profundizar mucho en el tema, contaros algo que mucha gente no conoce: un origen, tres consecuencias: y es que Gibraltar es británico por el mismo motivo por el que hoy nuestro jefe de estado es un borbón, es decir, un francés, y también es el mismo motivo que da origen, y esto lo digo con matices, a ese movimiento separatista catalán que aborrece o rechaza todo lo español. ¿Qué hecho desencadena estas tres peculiaridades históricas que todavía hoy, 300 años después, están tan presentes en nuestras vidas?: La guerra de sucesión. Muchas veces mencionamos la guerra civil como si en nuestro país solo hubiera habido una, cuando en realidad nos hemos estado matando entre nosotros varias veces a lo largo de los siglos, una de ellas, en esta guerra de sucesión.

Y lo tercero, antes de comenzar con la historia, vamos a repasar, a mí juicio las tres grandes mentiras históricas sobre Gibraltar que desde hace años nos han metido a los españoles con fórceps en la cabeza: que Gibraltar es español, que los ingleses nos lo robaron, y que en Gibraltar viven realmente españoles, andaluces que saben chapurrear un poquito de inglés.

Pero la verdad, es que el peñón de Gibraltar no es español, asumámoslo, sino que es territorio inglés con todas las consecuencias. No nos lo robaron, se lo dimos gustosamente aceptando un contrato en el que también les entregamos Menorca, por cierto, y esto casi nadie lo conoce, una isla esta, Menorca, que sería inglesa durante un siglo. Y además, en Gibraltar no viven españoles, porque todos los españoles que allí vivían, se marcharon como refugiados en cuanto Gibraltar pasó a manos inglesas, dejándolo despoblado y perdiendo todo lo que tenían: sus tierras, sus casas, sus bienes. Tan vacío quedó Gibraltar, que solo estaba habitado por la guarnición militar inglesa, y los ingleses tuvieron que repoblarlo trayendo habitantes de otras colonias. Todos los españoles que salieron y que constituían el legítimo pueblo de Gibraltar, fundaron en 1710 un nuevo pueblo cerca del que era el suyo: San Roque. Precisamente en San Roque, podemos ver un mural hecho de azulejos en el que se lee: 

Bienvenidos a la ciudad de San Roque, donde reside la de Gibraltar




Y bueno, después de estas singularidades vamos, ahora sí, a adentrarnos en la forma curiosa en que se produjo la conquista de Gibraltar dentro de esa guerra de sucesión que se libraba en España, y que los ingleses aprovecharon hábilmente para cobrarse su botín.



Carlos II, el último Austria

La guerra de sucesión estalla en 1700 cuando el rey español Carlos II, el hechizado, que no se llamaba así porque tuviera poderes especiales, sino porque sufría alguna especie de deficiencia mental, murió sin dejar descendencia. Prestamente, tanto la corona austriaca, como la francesa, piden el trono de España : por un lado, el archiduque austriaco Carlos, y por otra parte el nieto de Luis XIV de Francia, Felipe de Anjou, de la casa borbónica y que finalmente vencerá en esta guerra, implantando en España la dinastía Borbón y gobernando bajo el nombre de Felipe V.

Este enfrentamiento por la corona española era la oportunidad esperada por los ingleses, que decidieron apoyar al archiduque Carlos. Poco a poco los ingleses tejieron una tela de araña por toda Europa para aislar al rey Sol, al rey francés. Los borbones se quedaron solos. Pero ¿Qué pretendían los ingleses? Sencillamente hacerse con la hegemonía, convertirse en la gran potencia mundial. Igual que podemos afirmar que en el s.XX la hegemonía mundial correspondía a aquellos países que poseían la capacidad nuclear, en pleno s.XVIII, esa hegemonía se conseguía controlando los mares. Quién controlaba el mar, quien poseía la mejor flota, quien tenía mas puertos comerciales, era el amo del mundo. En ese propósito inglés de convertirse en la potencia hegemónica, arrinconar a España y controlar de alguna forma el estrecho de Gibraltar, las puertas del Mediterráneo, era fundamental.

En plena contienda, ya proclamados ambos aspirantes como reyes por sus partidarios, se produce el hecho que conducirá a la inesperada conquista de Gibraltar, tan inesperada que ni los propios ingleses la contemplaban. Todos los avatares que conducirán finalmente a la toma de Gibraltar serán protagonizados por una flota inglesa, reforzada por Holanda, y constituida por 61 navíos de guerra, que sumaban mas de 25000 hombres. Esta enorme flota estaba dirigida por el almirante inglés George Rooke. El objetivo de esta enorme flota era la conquista de una importante ciudad costera española, para, a partir de ahí, iniciar la conquista de España en nombre del pretendiente austríaco, al que sus partidarios ya llamaban Carlos III. Una evidencia que a todos nos salta a la vista, es que, si el objetivo de los ingleses hubiera sido invadir Gibraltar, no hubieran enviado a 25000 hombres y mas de sesenta navíos de guerra: probablemente con 5 ó 6 hubieran tenido suficiente.

Como hemos dicho, este era el propósito inicial, conquistar una gran ciudad costera, y, entre todas ellas, la presa predilecta de los ingleses, la ciudad que siempre habían deseado, por la que siempre habían suspirado y que habían intentado conquistar en varias ocasiones: Cádiz. Y ¿qué tenía Cádiz? Cádiz era el cordón umbilical que alimentaba las finanzas de toda la monarquía hispánica. Sin Cádiz, España se quedaba sin dinero. Pero el almirante inglés rehúsa ni tan siquiera iniciar el combate contra Cádiz al considerar que no tiene suficientes hombres, e inicia un largo periplo sin ningún objetivo definido.

Fijaos que he dicho una importante ciudad costera, y de hecho lo intentaron, iniciando una larga peregrinación marítima: primero fue Barcelona, pero fueron rechazados, después lo intentaron, a la par que descendían por el Mediterráneo, con Castellón y con Valencia, pero también fracasaron. Finalmente pusieron rumbo al sur, buscando esa ciudad que conquistar. Estuvieron patrullando las aguas atlánticas durante todo el mes de junio sin nada que hacer, hasta que acabaron fijándose en Málaga: pero la misión también fue imposible. Los ingleses decidieron esperar en las aguas del estrecho a que apareciera la oportunidad de atacar Cádiz, pero las cosas comenzaron a no ir bien: tanto tiempo embarcados sin directrices claras provocó que los nervios empezaran a aflorar. El nerviosismo ante la incapacidad de poner un pie en tierra española era palpable y retrasaba los planes de guerra. El hastío de la marinería, complementado con las dificultades de encontrar puertos donde avituallarse de agua y comida, hicieron que el tedio, esa sensación de no tener nada que hacer, se adueñara de todos los integrantes de la flota. Y esta va a ser, precisamente, y aunque no os lo creáis, la clave de la conquista de Gibraltar: el aburrimiento.

Finalmente, la flota recaló cerca de Tetuán casi por casualidad. En esos días de finales de julio, se produjo una reunión entre el general austríaco y el almirante inglés, sin saber qué hacer, o mejor dicho sin nada que hacer, completamente aburridos de dar vueltas arriba y abajo del Mediterráneo, barajan la conquista de Sanlúcar de Barrameda o la de Mahón, o de cualquier otro lado, pero la conclusión es que lo más fácil sería la conquista de una pequeña plaza, prácticamente desconocida, y que sabían que estaba desguarnecida: Gibraltar. Vamos a leer un extracto de la resolución de esa reunión, y que dice así:

Puesto que llegamos a la conclusión de que el ataque contra Cádiz es impracticable con alguna perspectiva o esperanza de éxito sin un ejército que coopere con la flota, desembarcaremos a nuestras fuerzas de desembarco, inglesas y holandesas, bajo el mando del príncipe de Hesse, en la bahía de Gibraltar, ( … ), al mismo tiempo que bombardeamos y cañoneamos la plaza desde nuestras naves … 

Y así llegamos al día clave. Situémonos, son las primeras horas del día 1 de agosto de 1704, cuando la flota inglesa del almirante Rooke entra en las aguas de la bahía de Algeciras, formando las naves en línea frente a la ciudad de Gibraltar. Según sabemos, los vigías que estaban apostados en la plaza de Gibraltar, vieron la enorme flota, pero lo tomaron con distensión, en definitiva, en esos días de guerra, no era extraño ver flotas que iban y venían, y jamás podían imaginar que el objetivo eran ellos. Todo está listo. Pero, ¿Cómo era la Gibraltar española de 1704? Era una pequeña ciudad, con tan solo 1200 casas y 4000 habitantes, que se dedicaban principalmente a la pesca, la agricultura y el comercio. La ciudad, sin ningún valor especial, estaba mal defendida, ya que solo contaba con 100 cañones y una guarnición de 80 hombres. Remarquemos este dato, 80 soldados españoles contra 25000 ingleses y holandeses. Al final fueron algo mas, porque cuando el gobernador de la ciudad, Diego de Salinas, es consciente de que les van a atacar recluta a muchos vecinos, hasta formar un contingente de 470 hombres.




La flota anglo-holandesa entrando en la bahía de Gibraltar

¿Cómo se produce el desenlace? Algunos buques ingleses comienzan a realizar disparos intimidatorios, a la par que envían algunos mensajeros a parlamentar con el gobernador, al que entregan una carta, presuntamente del aspirante al trono Carlos III, en la que le reclaman que entregue la ciudad. Y ahora, lo mas inaudito, que es la respuesta española a ese ultimátum. Digamos que una respuesta muy española: a la par bravucona y orgullosa, casi suicida… pero es que siempre fuimos muy hidalgos… y, perdonad por la expresión, algo idiotas:

Dice así la respuesta española:

Esta ciudad, habiendo recibido carta de su excelencia de fecha de hoy, responde: que ha jurado al señor don Felipe V como a su rey y señor natural y como corresponde a sus fieles y leales vasallos, sacrificaremos nuestras vidas en defensa suya, y así será con esta ciudad y sus habitantes: no tenemos nada que añadir sobre el tema.

Tras recibir la contestación, la escuadra inglesa deja transcurrir el día 2 y 3, a la espera de acontecimientos. Finalmente envían una nueva carta, en la que ahora sí, dan media hora para entregar la ciudad. Como los gibraltareños vuelven a negarse, a las 5 de la mañana del cuatro de agosto, los ingleses iniciaron un bombardeo inmisericorde durante 6 horas, disparando 28000 balas de cañón y centenares de bombas incendiarias. Ante la masacre, mujeres, niños y ancianos corrieron a refugiarse en las ermitas. En una primera oleada 700 soldados ingleses desembarcaron en la costa de Gibraltar. La defensa, como era de prever, era insostenible y finalmente el gobernador capituló y enarboló la bandera blanca. La Gibraltar española se rendía. Lo mas curioso es que el almirante inglés tomó la ciudad en nombre del pretendiente a la corona Carlos III, y que buscó en los alrededores tropas carlistas que se hicieran con la ciudad, pero no fue capaz de encontrar un solo soldado, ante lo cual, decidió tomar la ciudad definitivamente en nombre la reina Ana de Inglaterra.

A partir de ese momento, los ingleses dejaron 1800 soldados para controlar la ciudad. Estos soldados provocaron tumultos por doquier, asaltaron viviendas, profanaron las ermitas, violentaron a las mujeres, … la convivencia era una hoguera en llamas, y es entonces, cuando los habitantes de Gibraltar deciden exiliarse, marcharse para siempre, dejando Gibraltar completamente abandonada.


La guerra de sucesión daría muchas vueltas hasta 1713. Nueve años después de la toma de Gibraltar, en ese año de 1713, se producirá la firma del famosísimo Tratado de Utrech, en el que España entrega definitivamente Gibraltar y Menorca a los ingleses, a cambio de algo, no os vayáis a pensar, … a cambio de que la reina inglesa reconozca definitivamente al Borbón, Felipe V, como rey de España.




Sí que es importante que conozcáis que este Tratado de Utrech, tiene un artículo, el 10, que todavía de vez en cuando oiréis a algún político actual llevárselo a la boca, porque este artículo, es el artículo de la discordia, ya que los ingleses lo interpretan de una forma y los españoles de otra.

Dice así:


El rey católico (…) cede a la corona de Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, y las defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad para que la tenga (…) para siempre (…) pero (y esto es lo importante) sin jurisdicción alguna territorial.


Y es en este “sin jurisdicción alguna territorial” donde se produce el debate, … pero, esa es otra historia.




Firma del Tratado de Utrech y comienzo del artículo 10


Como estamos en anécdotas de la historia, acabemos con una de lo mas curiosa sobre el Tratado de Utrech. El gobierno español ha reclamado insistentemente la no vigencia del tratado de Utrech, con la intención de dejar en papel mojado este famoso artículo X que entregaba Gibraltar a Inglaterra. Pero, ay amigos! Nadie ha reparado que con el fin de este tratado también se suprimiría el artículo XII, donde la reina de Inglaterra entregaba la soberanía de Cataluña al Reino de España. Y la reflexión es: si se aboliera el tratado de Utrech, Cataluña, legítimamente, podría reclamar, ahora sí, con base legal, su independencia.


Y por último, hagamos un sucinto resumen: fijaos en perspectiva después de lo que hemos contado, en esta enorme anécdota histórica, en esta paradoja realmente surrealista: el origen del conflicto de Gibraltar que ha marcado durante 300 años la historia de nuestro país, que ha provocado el éxodo de miles personas, que ha causado centenares de muertes a lo largo de los siglos, miseria, hambre, rupturas familiares, dolor … estuvo en algo tan insignificante, tan liviano, tan intrascendente … tan humano como el simple aburrimiento de un grupo de marineros ingleses.

Este artículo ha sido realizado a partir de la consulta de los siguientes documentos:


- El libro El Estrecho, treinta siglos de historia en Gibraltar, de Joaquín Cestino y publicado en la editorial Arguval.

Un libro raro, porque el cómic histórico es un género prácticamente inexistente: se titula Gibraltar, 1704. El último día, de Esteban Alcántara.

- Documental de Canal Historia: El conflicto de Gibraltar

- Tesis doctoral de Concepción Anguita Olmedo: La cuestión de Gibraltar: orígenes del problema y propuestas de restitución (1704-1900)


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