lunes, 25 de febrero de 2019

5185: LA HISTORIA DE FRANCISCO BOIX, EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN




Francisco Boix. Preso 5185 del campo de concentración de Mauthausen

¿Qué es un héroe para vosotros? Imagino que para cada uno de vosotros y vosotras, vuestros héroes, si es que los tenéis, son aquellos o aquellas personas que defendieron o lucharon por creencias, ideas o metas que compartís con ellos. Ya los griegos definieron la figura del héroe, basándose en la idea de la Kalos Thánatos, la bella muerte: el héroe, cuya quintaesencia podemos ver representada en Aquiles, se define por ser joven, fuerte, valeroso e idealista. Alguien que por defender sus ideales y el honor propio, morirá joven de manera heroica en el campo de combate, pasando entonces a reinar entre los muertos. Pero ¿qué me decís de los héroes colectivos?  De aquellos que se convierten en héroes de un país, de una nación o de un pueblo. ¿Quiénes son? ¿Cómo se definen? Y mas concretamente, llevemos esta pregunta a nuestro país: ¿quiénes son los héroes de la nación española? Evidentemente son aquellos que han recibido un reconocimiento público, un reconocimiento institucional, aquellos a los que se les a homenajeado y que habitan en nuestros espacios públicos: podemos verlos dando nombre a calles, en estatuas, esculturas o monumentos. Si tuviéramos que definir al héroe oficial español en una pincelada, podríamos definirlo así: un caballero de brillante armadura que a lomos de un córcel se pasea cortando cabezas de moros. Es triste sí, pero es así. Si nos centramos en el S.XX, la cosa es todavía mas terrorífica. ¿Os imagináis una ciudad como Berlín en el año 2018 con calles con nombres como Calle de las SS, calle Hermann Göring o calle Joseph Goebbles? No, ¿verdad? Y por qué entonces, nos hemos acostumbrado en España a calles como Calle de los Caídos de la División Azul , Calle del General Yagüe o Plaza Primo de Rivera. Muchas veces escuchamos a los políticos decirnos que hombre, la historia es como es. Y es verdad. Pero ¿por qué tienen que copar el espacio público generales fascistas como Mola o Queipo de Llano, cuando ya sabemos qué fue el fascismo en Europa y lo que provocó? ¿Estos son nuestros héroes nacionales? Evidentemente para muchos de nosotros no.

Este pequeño rincón de la historia que nos han cedido nuestros amigos de Radio Espiritrompa, hoy va dedicado a todos aquellos héroes y heroínas anónimos que combatieron los fascismos, y cuya lucha contribuyó a su derrota y a salvar muchas vidas. Héroes y heroínas olvidados por el estado, recluidos en la indiferencia.

Año 1941: Un joven de 21 años levanta la cabeza y observa lo que le queda por subir. Esta sentado junto al primer escalón de los 186 que unen la cantera al campo de concentración de Mauthausen. Con esfuerzo logra levantarse, tambaleándose ante la mirada de los guardias de las SS. A su espalda porta una enorme piedra de granito de 40 kg. Subirá y bajará durante todo el día esta escalera, llevando piedras para la construcción de la ampliación del campo. Un superviviente del campo dirá mas tarde: “Bajo las huellas de cada escalón hay sangre española”. Nuestro héroe comerá sopa de nabos por la mañana, tarde y noche. Dormirá hacinado en barracones infectados de insectos, y siempre estará a expensas de perecer en cualquier momento de una de las 35 formas de morir en Mauthausen que el preso austriaco Ernst Martín describió: gaseado, devorado por los perros, arrojado al vacío en la cantera, atado con cadenas a una pared, duchado con agua helada en invierno, ahorcamiento, electrocución y un largo etécera de atrocidades.



Escalera de la cantera de Mauthausen

Año 1946: Lunes, 28 de enero: 5 años después de la escena que acabamos de narrar en Mauthassen, el mismo joven, algo demacrado y muy nervioso, con chaqueta y sin dejar de mirar compulsivamente a su derecha, hace un esfuerzo y se levanta. Acaba de ser llamado por megafonía, y se dirige a un estrado donde le entregan unos cascos, que se coloca, y se sienta. Tiene los ojos muy abiertos, asumiendo la responsabilidad que sobre él recae. Este hombre, sentado en la silla de los testigos del tribunal, será el único español que participe en los juicios de Nuremberg, en el que, como todos sabéis, se juzgó a los principales jerarcas nazis.



Boix declarando ante el Tribunal

Pero, un momento, ¿he dicho español? No, perdonad, no era español. Sí, había nacido en Barcelona, y perteneció a la 30 división del Ejército Popular de la República. Se llamaba Francisco Boix, y era fotógrafo. Al acabar la guerra civil, junto a otras 300000 personas, entre las que se encontraban los restos del ejército de la República, cruza la frontera y se refugia en el Sur de Francia. Al estallar la guerra mundial, se une al ejército francés. Será hecho prisionero por los alemanes en junio de 1940. Estará seis meses dando vueltas, mientras los alemanes van juntando a todos los prisioneros españoles, y mientras Hitler y el ministro de exteriores español, Serrano Suñer, el “cuñadísimo”, deciden qué hacer con ellos. ¿Y por qué estos 8000 presos republicanos que acabaron en Mauthassen no eran españoles? Para responder a esta pregunta vamos a recoger unas palabras del discurso pronunciado por el SS August Eigruber a final de junio de 1941:

“…ofrecimos estos 6000 españoles al Jefe del estado Franco, caudillo español, pero este rehusó, declarando que nunca admitiría a esos españoles rojos que lucharon por una España soviética”

De esta forma, estos combatientes españoles, adquirieron el estatuto de apátridas. Ya no tenían patria, y por tanto, quedaron a merced de los nazis. En Mauthasen se les identificó con el triángulo azul de los apátridas, que incorporaba en su interior una pequeña S de Spanier. Español.



La "S" que identificaba a los españoles

Francisco Boix, al que hemos dejado sentado a punto de comenzar el interrogatorio del abogado francés que le ha llamado a declarar, fue uno de los 1500 españoles que sobrevivió. Y lo hizo gracias a su profesión: fotógrafo. Los SS le incorporaron para trabajar en el laboratorio fotográfico del Servicio de Información del campo, dirigido por el SS Paul Ricken. Este servicio se encargaba de fotografiar con meticulosidad la vida en el campo de concentración, acumulando mas de 60000 fotografías tomadas por los SS, junto a sus negativos. No solo eran fotos de la vida de los SS, sus fiestas, sus familias, sino también, y lo mas importante, es que también fotografiaban a los presos: sus ejecuciones, sus cuerpos inertes enganchados a las vallas electrificadas, etc. Pero es que, además, y esto es por lo que realmente llaman a Francisco Boix a declarar, fotografiaban las visitas que los altos jerarcas del régimen nazi hacían al Campo.

¿Por qué Francisco Boix debería ser un héroe de este país? Porque enseguida urde un plan, en el que a través de otra serie de presos republicanos que se habían organizado y con la colaboración de Anna Pointer, una vecina austriaca que vivía en una casa cerca del campo de Mauthassen , logran robar de los archivos fotográficos mas de 20000 negativos. Boix sustraía los negativos, que repartía entre varios de sus compañeros. Dio la casualidad que los nazis firmaron un acuerdo de trabajos forzosos con una empresa cercana. De esta forma algunos de los presos republicanos salían a diario del campo para trabajar en ella. A su paso por la valla del jardín de Anna Pointer, lanzaban los negativos, que esta recogía y guardaba.



Anna Pointner. En el centro.

Y llegamos al final: ¿por qué el testimonio de Francisco Boix era tan importante en Nuremberg? Muy sencillo: porque solo él tenía las pruebas gráficas de que innumerables jerarcas y oficiales nazis, que negaban haber estado en Mathaussen y conocer las atrocidades que allí se cometieron, visitaron el campo en varias ocasiones. Estos jerarcas nazis, alineados en el banquillo de los acusados, se quedaron, literalmente, con el culo al aire, cuando el abogado francés y después el soviético, con permiso del juez, fueron proyectando las imágenes rescatadas por Francisco Boix, en las que aparecían, entre otros, Henrich Himmler (número dos del régimen y jefe absoluto de las SS), Albert Speed (el arquitecto del nazismo y ministro de guerra y armamento) o el general de las SS y jefe de la Gestapo Ernst Kaltenbrunner.

Gracias al testimonio de Boix y a los negativos robados, más de 60 jerarcas, oficiales y guardianes del campo, fueron condenados en Nuremberg, muchos de ellos a la horca.

Y esta es la historia de Francisco Boix, el preso 5185 del campo de concentración de Mathaussen. Jamás volvió a España ni recuperó su nacionalidad. Murió en 1951 en París, con 30 años, debido a una enfermedad renal que le afectaba desde su paso por Mauthassen. Y de ahí al olvido… al menos en España. El 16 de junio de 2017 sus restos fueron trasladados con honores al cementerio de Pere Lachaise, el cementerio de las celebridades francés, donde reposa cerca del memorial construido por Francia en honor a los 25000 republicanos españoles muertos que combatieron durante la II guerra mundial al lado de las fuerzas aliadas.




La alcaldesa de París en el entierro de Francisco Boix en el cementerio de Pere Lachaise

¿Y en España qué? En España nada. La desolación y la desmemoria. ¡Qué vergüenza!

En la placa que señala la tumba reza:

"Deportado en 1941 a la edad de veinte años al campo de Mauthausen. Animado por un gran coraje, birló a las SS documentos fotográficos abrumadores para los nazis"




Intervención de Francisco Boix ante el tribunal de Nuremberg


Este artículo ha sido realizado a partir de la consulta de los siguientes documentos:

-Primero, porque acaba de estrenarse, la película protagonizada por Mario casas: El Fotógrafo de Mauthasen.

-Hay un documental, que podéis encontrar en youtube, narrado por José Sacristán, que se titula: Francisco Boix, un fotógrafo en el infierno. 

-El libro del historiador Benito Bermejo, El fotógrafo del horror

Y por último, merece la pena ver la intervención de Francisco Boix en los juicios de Nuremberg. Podéis encontrarla también en youtube.

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