Francisco Boix. Preso 5185 del campo de concentración de Mauthausen
¿Qué es un héroe para vosotros? Imagino que para cada uno de
vosotros y vosotras, vuestros héroes, si es que los tenéis, son aquellos o
aquellas personas que defendieron o lucharon por creencias, ideas o metas que
compartís con ellos. Ya los griegos definieron la figura del héroe, basándose
en la idea de la Kalos Thánatos, la bella muerte: el héroe, cuya quintaesencia
podemos ver representada en Aquiles, se define por ser joven, fuerte, valeroso
e idealista. Alguien que por defender sus ideales y el honor propio, morirá
joven de manera heroica en el campo de combate, pasando entonces a reinar entre
los muertos. Pero ¿qué me decís de los héroes colectivos? De aquellos que se convierten en héroes de un
país, de una nación o de un pueblo. ¿Quiénes son? ¿Cómo se definen? Y mas concretamente,
llevemos esta pregunta a nuestro país: ¿quiénes son los héroes de la nación
española? Evidentemente son aquellos que han recibido un reconocimiento
público, un reconocimiento institucional, aquellos a los que se les a
homenajeado y que habitan en nuestros espacios públicos: podemos verlos dando
nombre a calles, en estatuas, esculturas o monumentos. Si tuviéramos que
definir al héroe oficial español en una pincelada, podríamos definirlo así: un
caballero de brillante armadura que a lomos de un córcel se pasea cortando
cabezas de moros. Es triste sí, pero es así. Si nos centramos en el S.XX, la
cosa es todavía mas terrorífica. ¿Os imagináis una ciudad como Berlín en el año
2018 con calles con nombres como Calle de las SS, calle Hermann Göring o calle
Joseph Goebbles? No, ¿verdad? Y por qué entonces, nos hemos acostumbrado en
España a calles como Calle de los Caídos de la División Azul , Calle del
General Yagüe o Plaza Primo de Rivera. Muchas veces escuchamos a los políticos
decirnos que hombre, la historia es como es. Y es verdad. Pero ¿por qué tienen
que copar el espacio público generales fascistas como Mola o Queipo de Llano,
cuando ya sabemos qué fue el fascismo en Europa y lo que provocó? ¿Estos son
nuestros héroes nacionales? Evidentemente para muchos de nosotros no.
Este pequeño rincón de la historia que nos han cedido
nuestros amigos de Radio Espiritrompa, hoy va dedicado a todos aquellos héroes
y heroínas anónimos que combatieron los fascismos, y cuya lucha contribuyó a su
derrota y a salvar muchas vidas. Héroes y heroínas olvidados por el estado,
recluidos en la indiferencia.
Año 1941: Un joven de 21 años levanta la cabeza y observa lo
que le queda por subir. Esta sentado junto al primer escalón de los 186 que
unen la cantera al campo de concentración de Mauthausen. Con esfuerzo logra
levantarse, tambaleándose ante la mirada de los guardias de las SS. A su
espalda porta una enorme piedra de granito de 40 kg. Subirá y bajará durante
todo el día esta escalera, llevando piedras para la construcción de la
ampliación del campo. Un superviviente del campo dirá mas tarde: “Bajo las
huellas de cada escalón hay sangre española”. Nuestro héroe comerá sopa de
nabos por la mañana, tarde y noche. Dormirá hacinado en barracones infectados de
insectos, y siempre estará a expensas de perecer en cualquier momento de una de
las 35 formas de morir en Mauthausen que el preso austriaco Ernst Martín
describió: gaseado, devorado por los perros, arrojado al vacío en la cantera,
atado con cadenas a una pared, duchado con agua helada en invierno,
ahorcamiento, electrocución y un largo etécera de atrocidades.
Escalera de la cantera de Mauthausen
Año 1946: Lunes, 28 de enero: 5 años después de la escena
que acabamos de narrar en Mauthassen, el mismo joven, algo demacrado y muy
nervioso, con chaqueta y sin dejar de mirar compulsivamente a su derecha, hace
un esfuerzo y se levanta. Acaba de ser llamado por megafonía, y se dirige a un
estrado donde le entregan unos cascos, que se coloca, y se sienta. Tiene los
ojos muy abiertos, asumiendo la responsabilidad que sobre él recae. Este
hombre, sentado en la silla de los testigos del tribunal, será el único español
que participe en los juicios de Nuremberg, en el que, como todos sabéis, se
juzgó a los principales jerarcas nazis.
Boix declarando ante el Tribunal
Pero, un momento, ¿he dicho español? No, perdonad, no era
español. Sí, había nacido en Barcelona, y perteneció a la 30 división del
Ejército Popular de la República. Se llamaba Francisco Boix, y era fotógrafo.
Al acabar la guerra civil, junto a otras 300000 personas, entre las que se
encontraban los restos del ejército de la República, cruza la frontera y se
refugia en el Sur de Francia. Al estallar la guerra mundial, se une al ejército
francés. Será hecho prisionero por los alemanes en junio de 1940. Estará seis
meses dando vueltas, mientras los alemanes van juntando a todos los prisioneros
españoles, y mientras Hitler y el ministro de exteriores español, Serrano
Suñer, el “cuñadísimo”, deciden qué hacer con ellos. ¿Y por qué estos 8000
presos republicanos que acabaron en Mauthassen no eran españoles? Para
responder a esta pregunta vamos a recoger unas palabras del discurso
pronunciado por el SS August Eigruber a final de junio de 1941:
“…ofrecimos estos 6000 españoles al Jefe del estado Franco, caudillo español, pero este rehusó, declarando que nunca admitiría a esos españoles rojos que lucharon por una España soviética”
De esta forma, estos combatientes españoles, adquirieron el estatuto de apátridas. Ya no tenían patria, y por tanto, quedaron a merced de los nazis. En Mauthasen se les identificó con el triángulo azul de los apátridas, que incorporaba en su interior una pequeña S de Spanier. Español.
“…ofrecimos estos 6000 españoles al Jefe del estado Franco, caudillo español, pero este rehusó, declarando que nunca admitiría a esos españoles rojos que lucharon por una España soviética”
De esta forma, estos combatientes españoles, adquirieron el estatuto de apátridas. Ya no tenían patria, y por tanto, quedaron a merced de los nazis. En Mauthasen se les identificó con el triángulo azul de los apátridas, que incorporaba en su interior una pequeña S de Spanier. Español.
La "S" que identificaba a los españoles
Francisco Boix, al que hemos dejado sentado a punto de
comenzar el interrogatorio del abogado francés que le ha llamado a declarar,
fue uno de los 1500 españoles que sobrevivió. Y lo hizo gracias a su profesión:
fotógrafo. Los SS le incorporaron para trabajar en el laboratorio fotográfico
del Servicio de Información del campo, dirigido por el SS Paul Ricken. Este
servicio se encargaba de fotografiar con meticulosidad la vida en el campo de
concentración, acumulando mas de 60000 fotografías tomadas por los SS, junto a
sus negativos. No solo eran fotos de la vida de los SS, sus fiestas, sus
familias, sino también, y lo mas importante, es que también fotografiaban a los
presos: sus ejecuciones, sus cuerpos inertes enganchados a las vallas
electrificadas, etc. Pero es que, además, y esto es por lo que realmente llaman
a Francisco Boix a declarar, fotografiaban las visitas que los altos jerarcas
del régimen nazi hacían al Campo.
¿Por qué Francisco
Boix debería ser un héroe de este país? Porque enseguida urde un plan, en
el que a través de otra serie de presos republicanos que se habían organizado y
con la colaboración de Anna Pointer, una vecina austriaca que vivía en una casa
cerca del campo de Mauthassen , logran robar de los archivos fotográficos mas
de 20000 negativos. Boix sustraía los negativos, que repartía entre varios de
sus compañeros. Dio la casualidad que los nazis firmaron un acuerdo de trabajos
forzosos con una empresa cercana. De esta forma algunos de los presos
republicanos salían a diario del campo para trabajar en ella. A su paso por la
valla del jardín de Anna Pointer, lanzaban los negativos, que esta recogía y
guardaba.
Anna Pointner. En el centro.
Y llegamos al final: ¿por qué el testimonio de Francisco
Boix era tan importante en Nuremberg? Muy sencillo: porque solo él tenía las
pruebas gráficas de que innumerables jerarcas y oficiales nazis, que negaban
haber estado en Mathaussen y conocer las atrocidades que allí se cometieron, visitaron
el campo en varias ocasiones. Estos jerarcas nazis, alineados en el banquillo
de los acusados, se quedaron, literalmente, con el culo al aire, cuando el
abogado francés y después el soviético, con permiso del juez, fueron
proyectando las imágenes rescatadas por Francisco Boix, en las que aparecían,
entre otros, Henrich Himmler (número dos del régimen y jefe absoluto de las
SS), Albert Speed (el arquitecto del nazismo y ministro de guerra y armamento)
o el general de las SS y jefe de la Gestapo Ernst Kaltenbrunner.
Gracias al testimonio de Boix y a los negativos robados, más
de 60 jerarcas, oficiales y guardianes del campo, fueron condenados en
Nuremberg, muchos de ellos a la horca.
Y esta es la historia de Francisco Boix, el preso 5185 del
campo de concentración de Mathaussen. Jamás volvió a España ni recuperó su
nacionalidad. Murió en 1951 en París, con 30 años, debido a una enfermedad
renal que le afectaba desde su paso por Mauthassen. Y de ahí al olvido… al
menos en España. El 16 de junio de 2017 sus restos fueron trasladados con
honores al cementerio de Pere Lachaise, el cementerio de las celebridades
francés, donde reposa cerca del memorial construido por Francia en honor a los
25000 republicanos españoles muertos que combatieron durante la II guerra
mundial al lado de las fuerzas aliadas.
La alcaldesa de París en el entierro de Francisco Boix en el cementerio de Pere Lachaise
¿Y en España qué? En España nada. La desolación y la
desmemoria. ¡Qué vergüenza!
En la placa que señala la tumba reza:
"Deportado en 1941 a la edad de veinte años al campo de Mauthausen. Animado por un gran coraje, birló a las SS documentos fotográficos abrumadores para los nazis"
Intervención de Francisco Boix ante el tribunal de Nuremberg
Este artículo ha sido realizado a partir de la consulta de los siguientes documentos:
-Primero, porque acaba de estrenarse, la película protagonizada por Mario casas: El Fotógrafo de Mauthasen.
-Hay un documental, que podéis encontrar en youtube, narrado por José Sacristán, que se titula: Francisco Boix, un fotógrafo en el infierno.
-El libro del historiador Benito Bermejo, El fotógrafo del horror
Y por último, merece la pena ver la intervención de Francisco Boix en los juicios de Nuremberg. Podéis encontrarla también en youtube.
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