Primera página de los estatutos de la Fundación Lebensborn
Hay dos pasajes de sendos libros
que siempre me produjeron cierto escalofrío. Están contenidos en la obra de HG
Wells, La guerra de los mundos, y en La Carretera, de Cormac Mccarthy. En estas
escenas, las personas son capturadas, domesticadas, y encerradas, para ir
cebándolas, engordándolas y finalmente sacrificadas como alimento, como carne,
como si se tratara de granjas humanas. Y de eso precisamente va hoy nuestra
historia, de granjas humanas, no exactamente cómo las descritas en estos
libros, pero sí trata sobre la producción intensiva de seres humanos.
Toda la historia de hoy comienza
en una mujer, Anni-Frid, mas conocida como Frida. Quizás muchos no sepáis quien
es, pero inmediatamente ataréis cabos si os digo que durante los años 70 y 80
fue una de las grandes divas internacionales de la naciente cultura POP.
¿Todavía no sabéis quién es? Sin duda la reconoceréis si os digo que es la morena de ABBA, el famoso cuarteto musical sueco. Será en el año 1977 cuando
la vida de Frida de un vuelco total, justo en el momento en que ABBA ocupaba el
número uno en todos los rankings musicales. En ese año, unas declaraciones
suyas a la prensa, revelan a la opinión pública uno de los secretos mas oscuros
de su vida, y de paso, pondrá sobre la mesa uno de los proyectos mas siniestros
y desconocidos que el nazismo ideó. Tras la guerra, este macabro proyecto nazi
pasaría prácticamente desapercibido ante las atrocidades de los campos de
exterminio. Fijaos, por cierto, en esta paradoja: sabemos todo acerca de la
solución final, la aniquilación de una raza, la judía, pero en paralelo, no sabemos
casi nada sobre cómo iba a crearse la nueva super-raza, la aria. Y lo cierto es
que el nazismo no solo lo tenía previsto, sino que ya había comenzado la
producción en serie de humanos de la nueva raza.
Niños encontrados por los aliados, abandonados por el personal que huyó del hogar Lebensborg de Steinhoring
Pero volvamos a Frida, la cantante de ABBA. La casualidad quiso que una de sus fans alemanas se enterara de que Frida era hija de madre noruega y que su padre era un soldado alemán llamado Alfred Haase. Curiosamente, pensó esta chica, el padre de Frida se llamaba como su tío, y se preguntó si podría ser que su idolatrada estrella pop fuera la hija de su tío, que también se llamaba Alfred Haase y que además había estado destacado en Noruega durante la guerra. Las sospechas se acabaron confirmaron, y Frida encontró a su padre 30 años después. El padre, el ex sargento Haase, declararía al conocer la existencia de esta hija:
“Por poco me caigo de la silla delante del televisor cuando descubrí que Anni-Frid era mi hija. No sólo significaba que tenía otra hija, una chica famosa, sino que también tendría que hablarle a mi esposa sobre mi relación con la madre de Anni-Frid”
Se produjo un encuentro en Suecia, en la casa de la cantante. No sabemos cómo fue, ni qué se dijeron, pero es probable que el pasado y la oscura historia detrás de su nacimiento hicieran que la relación entre padre e hija jamás funcionara y que definitivamente perdieran el contacto. Para Frida, la historia de su nacimiento, estaba irremediablemente unida al proyecto racial nazi, y, por tanto, a la tragedia: ella en definitiva no era otra cosa que el producto de un plan genético para mejorar la raza; ella no era otra cosa que uno de los 20000 niños que nacieron en las granjas humanas nazis; ella no era otra cosa que la hija de una mujer encerrada en una de estas granjas como productora de ejemplares arios.
Pero, antes de nada, vamos a
contextualizar de dónde viene este concepto de “granjas humanas”, cuyo origen
no es otro que el darwinismo social.
¿Qué es esto del darwinismo
social? Básicamente, Darwing probó que la evolución del hombre es parte de la
naturaleza, nuestra especie va evolucionando y adaptándose en función del
cambio en el entorno. Pero siempre sobrevoló una pregunta: ¿sería posible
manipular esa evolución humana por medios artificiales? ¿se ha hecho en alguna
ocasión en la historia? La respuesta es sí, o al menos se ha intentado. Estamos
hablando de la eugenesia, una filosofía social que podemos definir como un plan
para crear una sociedad a medida de una ideología. Es decir, la mejora
artificial de los rasgos o cualidades humanos mediante la manipulación y la aplicación
de métodos selectivos. Si hablamos, como va a ser el caso de hoy, en términos
raciales, diríamos que la eugenesia es un plan para mejorar la raza.
Una vez que Hitler ha limpiado
Alemania de los elementos indeseables, ya sabéis, judíos, gitanos, homosexuales,
discapacitados mentales y físicos, enfermos crónicos y demás personas que
consideraba impuras, se aplicó en reconstruir la sociedad alemana con una nueva
superraza: la superraza aria.
Hitler lo tenía claro desde antes
de llegar al poder en 1933, y ya en su libro Mein Kamp trazaba la idea de la
nueva sociedad fundamentada en la raza aria. Decía Hitler en su libro:
“Toda la cultura está detentada por la raza
aria nórdica, que es la verdadera representante de toda la humanidad, por esto
el pueblo alemán debe mantener su pureza racial. La raza germánica es superior
a todas las demás, y la lucha contra el judío y el eslavo, contra las razas
inferiores es sagrada”
Pero, ¿cómo lo haría?, ¿cómo
repoblaría Alemania con ejemplares arios?, ¿cómo conseguir esa raza perfecta
que dominaría el mundo?
En este camino de limpieza y
regeneración racial, el nazismo tenía un problema: ¿de dónde sacar los
ejemplares humanos racialmente puros? ¿Cómo asegurarse de que esos ejemplares humanos
de la nueva raza cumplían con los parámetros físicos perfectos? La solución acaba
apareciendo: creando granjas humanas donde solo se reprodujeran ejemplares de
machos y hembras que cumplieran con los estándares arios. Este proyecto de
arquitectura social fue bautizado como LEBENSBORN, en castellano FUENTE DE VIDA.
Niños nacidos en un Lebensborn.
El objetivo de Himler era que Alemania tuviera 120 millones de arios en 1990
El creador y máximo responsable
de estas granjas humanas Lebensborn será, como no, Heinrich Himmler. Hay mucho
de excéntrico, patético y paranoico en este hombre, o demonio, y una de las mas
significativas es que antes de convertirse en el lugarteniente de Hitler, había
sido criador de pollos, y es de ahí, según varios investigadores, de donde le
vendrá su obsesión enfermiza por la selección racial. Himmler fijará el
espíritu del proyecto Lebensbor y de la
nueva raza de superhombres que van a producirse. Vamos a reproducir unas
manifestaciones de Himmler en las que da la clave del nuevo hombre ario:
“El
hombre ya no descenderá del mono, sino de las S.S. Su dios será el Führer, su
patria el Reich; su religión la pureza de sangre. Será alto, fuerte, rubio y de
ojos azules”
La fundación Lebensborn será
creada en 1935, justo un mes después de que el régimen nazi dictase las
primeras leyes raciales o eugenésicas que tenían como objetivo frenar la
reproducción de las subrazas. Estas leyes, como todos sabemos, son el inicio de
un proceso de purificación de la sociedad: se prohíben los matrimonios de
alemanes con judíos, y, a través de la Ley de Esterilización Obligatoria se
establecen las esterilizaciones forzosas de todos los elementos defectuosos:
deficientes mentales, síndrome dawn, enfermos crónicos o delincuentes son
esterilizados. Tal es el volumen de esterilizaciones, que en 1939, 320000
alemanes han sido esterilizados, 1 de cada 200. A la par que se aprueban estas
leyes, y se ponen en funcionamiento las granjas humanas, se inicia un proceso
de reeducación racial por toda Alemania. Hay muchas iniciativas, pero como
muestra me gustaría describiros una que era común en todas las clases de los
colegios alemanes: consistía en que el profesor sacaba a un niño rubio de ojos
claros y a otro niño bajito, moreno y con rasgos eslavos o judíos; pedía al
resto de los niños que los miraran e indicaran las diferencias entre uno y
otro, y también que nombraran las razones de porque el rubio era mejor que el
bajito y moreno.
Profesor en un colegio alemán analizando las características arias
¿Cómo funcionaban estás granjas humanas, estos Lebensborn? El
nazismo creó, en una primera fase, 10 de estos complejos en Alemania.
Exteriormente estas residencias no tenían nada en particular: eran grandes
caseríos con jardines que los rodeaban; tenían decenas de habitaciones y
estaban atendidas para su gestión por personal de las SS, dotadas de equipos
médicos y de todas las comodidades de la época. Se lee en algunos textos que en
realidad las Lebensborn eran grandes burdeles, pero nada mas lejos de la
realidad. En estas granjas de producción se internaba a mujeres, pero no a
cualquier mujer. Debía de ser joven y soltera, y debía, además, superar un
minucioso análisis racial que concluyera que era una aria pura. De esta forma,
estas mujeres, que muchas veces accedieron a entrar en las Lebensborn por
necesidad, se convertían en hembras de cría, dispuestas a cruzarse con
ejemplares de machos puros.
Pero, ¿quiénes serían los machos
que acudirían a las granjas a copular con las hembras? Los hombres de las SS.
Himmler establece que el corazón de la nueva Alemania son sus SS, donde solo
admite desde su creación a hombres con determinadas cualidades físicas y un
probado pasado de pureza racial. Así que, que mejor que estos hombres, la élite
del pueblo alemán, para procrear a la nueva raza. Una curiosidad es que para
ingresar en las SS los pretendientes debían portar un certificado de pureza
racial aria que debía remontarse hasta 1750. El propio Himmler, como jefe de
las SS, tuvo que realizar estas indagaciones sobre sus antecedentes, y … ¡Oh,
sorpresa! ¿qué creéis que se encontró el criador de pollos?: con que los
antepasados de su madre eran de origen húngaro y estirpe mongol:
¡¡Amarilllos!!!. debió de gritar Himmler al enterarse. Quién se lo iba a decir
al evangelizador de la pureza racial.
Prospecto informativo de Lebensborn
El proyecto de Himmler, por el que
por cierto Hitler manifestaba un gran entusiasmo, pretendía producir ejemplares
arios puros: pero, ¿qué era un ario puro? ¿cuáles eran exactamente las
características que debía tener? Hay que remontarse a comienzos de los años 30
para encontrar la definición del ario auténtico, formulada por el teórico
oficial del Partido Nacional Socialista, Hans Günter, y que decía así:
“Debe ser rubio, fornido, dolicocéfalo, de
rostro estrecho, mentón bien dibujado y nariz delgada: muy alto, con el pelo
claro y no rizado. Ojos claros y hundidos; piel blanca y sonrosada”
Tenemos
que señalar sobre esta descripción
que no casaba en absoluto con la inmesa mayoría de alemanes, que eran
predominantemente castaños y de una estatura media. Fijaos en la aberración de
toda esta teoría racial nazi, que consideraba que el modelo ario por excelencia
era…. Hitler. Es evidente que nadie se atrevió nunca a decirle que sus rasgos,
bajito, moreno, castaño, con ligera cojera, eran mas bien propios de aquellos
inocentes que él llevo al exterminio o a la esterilización.
En la cría selectiva que se desarrollaba
en estas granjas Lebensborn, los soldados de las SS acudían cuando podían,
principalmente en periodos en los que estaban liberados de sus obligaciones
militares. Estos hombres de las SS estaban obligados a casarse y a tener al
menos 4 hijos dentro del matrimonio oficial, pero extraoficialmente debían
acudir con asiduidad a los Lebensborn a inseminar a las mujeres que allí
vivían. Estas visitas para copular no eran opcionales: todos los SS estaban
obligados a realizarlas. Por su parte, las mujeres que entraban en los
lebesnborn firmaban un contrato, por el cual se comprometían a estar los 9
meses del embarazo mas un mínimo de 3 meses de lactancia y después a entregar
al niño al estado, que disponía a partir de entonces qué hacer con él. Pero,
¿qué ocurría si esos niños que debían ser perfectos no lo eran? Si nacían con
cualquier problema o malformación ya os imagináis lo que ocurría, los enviaban
a unos hospitales que los nazis llamaban eufemísticamente Centros de
Tratamiento Especial, donde se les aplicaba la eutanasía.
Lo primero que hacían con los
niños que habían nacido perfectos, era bautizarlos. Pero por supuesto sin
seguir algún rito religioso, sino el rito nazi de las SS. Con toda la pompa de
las ceremonias religiosas, el niño era tocado en la cabeza por un oficial de
las SS, pero no con un crucifijo, sino con una daga de la orden negra.
Ceremonia de bautizo de un niño Lebensborn por parte de las SS
Hubo una segunda fase Lebersborn,
mucho mas terrible, y en la que se incluye el caso de Frida, la cantante de
ABBA. En 1938, Hitler se impacienta, el proyecto no produce la cantidad de
niños deseados, y es entonces cuando se fija en Noruega, país colaboracionista
del régimen nazi. Las mujeres nórdicas tienen el perfil de la perfecta aria,
así que decide crear nueve hogares Lebensborn en Noruega. En uno de ellos
nacerá Frida. A este respecto, Himmler dirá:
“Pretendo conseguir sangre alemana de cualquier lugar del mundo:
robarla y recuperarla de donde pueda”
El proyecto Lebensborn no fue
algo minúsculo: nacieron mas de 20000 niños y niñas en sus granjas: niños y
niñas seleccionados racialmente y que vivirían a partir del final de la guerra
con este estigma.
Hubo una tercera fase Lebensborn,
que consistió en el robo de niños y niñas en los países conquistados para
darlos en adopción a familias alemanas que los germanizaban. Pero esa es otra
historia truculenta del nazismo que dejaremos para otra ocasión.
Lo que me parece importante
señalar con esta historia de las granjas humanas es que el nazismo no solo
pretendía conquistar Europa, sino que su aspiración máxima era la conquista de
la cultura, la destrucción de la moral humana y
de la sociedad existente, y la fundación de una nueva creencia: una
nueva religión en la que la raza elegida, la raza aria, dominaría a todas las
demás razas inferiores.
Toda esta demencia racial podemos
observarla en este extracto de un discurso de Himmler dirigido a las SS, y con
el que vamos a terminar hoy. Fijaos en la crudeza, la contundencia y el
desprecio que se desprenden de sus palabras, desprovistas de cualquier conato
de compasión:
“El hombre inferior tiene una apariencia biológica semejante a una
criatura natural: tiene manos, boca y algo que se asemeja a un cerebro. Sin
embargo, se trata de un ser temible, opuesto a un verdadero ser humano. Moral e
intelectualmente es inferior a cualquier bestia. Su vulgaridad e indecencia no
tiene límites: ¡qué ningún alemán responsable olvide que no todo lo que parece
un ser humano lo es!”
Este artículo ha sido realizado a partir de la consulta de los siguientes documentos:
- Hay un libro fantástico sobre el
tema titulado La selección de la raza aria: Lebensborn, de Juan José Abad. En él, el autor minuciosamente recorre no solo la historia de las Lebensborn, sino también toda
la política racial nazi.
- Una novela que recrea cómo vivía
una mujer residente en estas granjas: se titula La casa del bosque de
Marbachj del autor Francisco Javier Aspas, y publicado en la editorial Libros
Libres.
- Dos documentales: El
programa Lebensborn: las guarderías nazis, emitido en la noche temática, y Los niños perfectos de Hitler.
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